martes, 10 de febrero de 2009

Ana y Frank: la discursión 2º parte

-Necesito mi historia sea conocida. Necesito contarla. Apartar de mi pensamiento e interior todo mi dolor. Que la verdad vea la luz, y que mi esposo, me perdone por no ser lo que él quería -Ana estaba desafiante, pero Frank comenzó a sentir pena por ella, sabía que ella no era así, ese valor para contar su historia pronto desaparecería, pero nada podía hacer. No estaba en su mano tomar esa decisión y no conocía la historia de Ana, como sabía que ella no conocía la suya.

De pronto, un rayo iluminó la tarde. Una fina lluvia comenzó a caer de forma incesante y los dos personajes se asomaron a la ventana. Ana estaba furiosa. Le apetecía golpear a aquel hombre hasta el agotamiento, pero no sabía donde estaba el billete de embarque.

-¡Es tu culpa! Llueve porque no podemos discutir en este mundo. Aquí las cosas son como son. Pero tú eres un cobarde.

-Ana, yo no he ido a tu casa a gritarte y a pegarte…

-¡Calla! Es un ingrato.

-¡Calla tú! ¡No tienes ni idea de la verdad! ¡No sabes nada, te crees superior porque tienes poderes! -Frank calló de inmediato al sentir de nuevo la bofetada de Ana en el rostro.

Los truenos y relámpagos cada vez eran más frecuentes, más fuertes incluso y los cristales comenzaron a agrietarse. Algunos árboles perdían las ramas más frágiles.

-¡Te deseo el peor final posible!

-Ya lo tengo Ana -Frank se sentó en el sofá- Cuando coja el barco volveré a sentir los disparos en mi cuerpo, las caídas, la soledad, la muerte riéndose de mí… volveré a sentir la pérdida de mi hermano, de mi abuelo, de mi mujer, de mi madrastra y la de mi niño -Frank comenzó a sollozar- la desaparición de mi padre, mi intento de suicidio… no es agradable. Mi vida no se la deseo ni a mi peor enemigo.

-¡Pues déjame a mí! ¡Puedes hacerlo! ¡Déjame que yo cuente la mía!

-Ana, no puedo. Cada uno tenemos nuestra partida. Esta, no es la tuya. Lo siento. Prometo que hablaré con la autora cuando pueda y le diré que la próxima seas tú, insistiré en ello.

Ana se marchó dando un golpe a la puerta tras lanzar el vaso de cristal sobre Frank. La tormenta desapareció en el momento en el que ella se marchó. Pero Frank quedó allí sin saber que había pasado. No le apetecía partir, pero no era su decisión. Ana quería ir, rogó para sí mismo que saliese pronto. Pero antes partiría él.

FIN

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gracias a Martikka por la camiseta, es super bonita y le deseo que celebre muchos 7 meses más

21 comentarios:

Thiago dijo...

jaaj esto de la discusión ha sido una idea genial y muy divertida (a pesar de su evidente dramatismo, claro)

Un acierto, pero estos dos se te eestan subiendo a las barbas cari (con todo el respeto que ya se que tu no tienes barbas, ajaja). Tienes que poner orden o van a acabar a tiros, jaajaj Y luego ya la liamos por un crime de genero, cari....

Bezos.

Arwen Anne dijo...

hola thiago, la verdad es que sí, tiene su frama pero también su diversión, y me parece a mí que más cuidado deberá de tener Frank que Ana, por que ella ha sido la única que da dado él se ha quedado más bien cortadito

gracias por estar ahí

besos

/ dijo...

Cómo me gustó!! Buenísimo, me fascinaron los diálogos, su intensidad es increíble. Sos tan buena!
Te cuento que después de leerte a vos , escribir no es tan sencillo...


BESOS

TitoCarlos dijo...

La idea ha sido genial; creo que a todos los creadores de personajes nos pasa lo mismo: están todos deseando embarcar, y hay un orden y una preparación. Lo has expresado muy bien.

Anónimo dijo...

Piano, piano como dicen los italianos. A mi me gustaría que siguieran discutiendo (por una temporadita), disfruto imaginándome mientras te leo cada personaje.

¡Un fuerte abrazo!

MIGUEL

Arwen Anne dijo...

Stanley, tus palabras siempre son un aliciente para mí, muchas gracias por ellas y no te creas, es fácil escribir después de leerme, al menos, yo lo veo así, pero claro, yo no soy quien para decirlo, yo escribo, vosotros leeis

besos

Arwen Anne dijo...

gracias por tus palabras tito carlos, lo que espero es que no todos los personajes sean como Ana, modosita, tímida... pero felina al mismo tiempo, aquí me ha dado un poco de pena Frank que quieres que te diga?

besos

Blanca Miosi dijo...

Querida Arwen, me haces correr como no tienes idea, apenas puedo darte alcance y cuando lo hago es para comentar entradas anteriores, ja, ja, quería decirte que me gustó cómo resolviste el final de lo que ocurría en el sótano. Un cuento macabro, sin duda, porque cuando una madre actúa así con una hija se tocan fibras profundas del comportamiento humano.

Un fuerte abrazo, amiga,
Blanca

Didac Valmon dijo...

Miu buena la idea, he esperado ahora para comentarte las dos y me han encanoado...esto cada vez es más niebla de unamuno o siete personajes en busca de autor, me encanta la relación que mantienes con los personajes...

Martikka dijo...

Ahora toca esperar la decisión final, ¿no? Lo cierto es que Ana tiene un carácter de los mil demonios!

Arwen Anne dijo...

hola miguel, me alegro de que te guste, aunque que quieres que te diga, yo prefiero que se lleven bien

besos

Arwen Anne dijo...

Hola Blanca, me alegro de que te gustara el final del sótano de la muerte, y tranquila, no te preocupes si me alcanzas, a mí me pasa lo mismo con otros blogs,así que tú mientras te pases y dejes algún comentario en algun lugar, me basta

besos

Arwen Anne dijo...

Hola Didac, a mi tambien me gusta esta relación, lo que no me gusta es que se peleen, que malita es Ana y que tontito Frank, aunque si el se hubiera revelado bien... no quiero saber que haría Ana, yo no digo nada

besos

Arwen Anne dijo...

lo mismo te digo Martikka, lo mismo te digo. Mañana pondré algunos datos de Ana y Frank, aunque vosotros ya sabreis que voy a escribir primero a Frank, pero vaya, entre estos dos hay mucho lio

besos

Juan dijo...

Hola

Me encantan estos experimentos que haces con tus personajes. Y la historia que dejas entrever en el diálogo es muy sugerente... O sea, mientras su historia no está escrita, tus personajes viven en una suerte de "limbo", que es una ciudad costera, o, al menos, con puerto.

Te sugiero que vayas imaginándote en profundidad como es esa ciudad, cómo es la tierra que la circunda, cómo es el mar que cruzan los barcos en que van tus personajes. Pregúntate cosas... ¿quién más habita la ciudad? ¿cómo son sus calles, sus plazas? Se pueden sacar unos buenos cuentos de ahí. ¿No has pensado en que tú, como autora, podrías pasearte por esa ciudad para conocerlos?

A mí nunca se me habría ocurrido crear algo parecido a este limbo. Mis personajes de relatos diferentes nunca se conocen entre sí. Aunque en una ocasión, uno de ellos conoció a su autor... y una vez, hace mucho tiempo, me encarné en un relato que estará perdido por ahí...

Ah... Me gustaría que leyeras esto:

http://sinciforma.blogspot.com/2007/10/cuentacuentos-por-qu-el-mar-es-azul.html

Ya verás por qué :-).

Un saludo.

Juan.

Juan dijo...

Se me olvidaba... Hay un gazapo en el título, es "la discusión" (sobra una "r"). Cuando lo corrijas, tienes mi permiso para borrar este comentario si lo deseas, porque no aporta mucho :-).

Un saludo.

Juan.

†۩† ЯєηāčієηÐø Ðε ЦŁ┼я∆тنMßā †۩† dijo...

-¡Te deseo el peor final posible!

-Ya lo tengo Ana -

que lindas personas jajaja
estan peor q yo y mi ex...

bueno los q se pelean se aman...
jaja

me agarro la lluvia hoy!!!

Anónimo dijo...

Me ha encantado!!!!!Te lo juro.......Sigue con historias así, que enganchan muchísimo. ( Es que donde se ponga una buena discusión......jajajja)

Un abrazo.

Arwen Anne dijo...

Hola Juan, pues mira te voy a ser sincera, lo he hecho a propósito. El gazapo que hay en el título está hecho a propósito para ver si os fijais en todo y os atreveis a dar vuestras críticas, así que felicidades, caiste

un besazo, al otro comentario te respondo en una entrada, en la de hoy

besos

Arwen Anne dijo...

hola yessi, pues mira de amarse poco, la verdad es que por un momento creí que Ana acababa con Frank

besos

Arwen Anne dijo...

hola menda, me alegro de que te haya enganchado la historia, la verdad es que de la cosa más simple, llegan algunas veces cosas extraordinarias

besos